En un mundo globalizado los idiomas son una necesidad, puesto que comunicarse es la base indeclinable para poder efectuar cualquier acción e interacción humana. Es por ello que el inglés se ha tornado como uno de los idiomas más indispensables a nivel internacional. Y no precisamente hay que vivir en Reino Unido o en EEUU, para saber que hablarlo es crucial.
No en vano buscamos una escuela de idiomas de alta gama, a la hora de abordar temas relacionados con la lengua anglófona. Sin embargo, muchas veces encontramos diferencias en idioma, al comparar las muestras de ambos lados del océano. De hecho, si analizamos hablantes del Reino Unido y EEUU; incluso pensaríamos que se trata de distintos idiomas o dialectos dispares de la misma lengua. Por lo que daremos un periplo a través de las diferencias del inglés.
La antigüedad del idioma
En este caso, debemos señalar que la edad de los idiomas puede ser relativa, y no se señala que uno sea arcaico o no. En un plano de tiempo y espacio, la mutabilidad del lenguaje modifica la gramática del idioma. Con lo antes expuesto, puede pensarse que se refiere a que en Reino Unido, el inglés es más antiguo que en EEUU; pero la teoría supera a la impresión popular.
Esto se debe a que los idiomas son tan curiosos, como las múltiples costumbres de sus hablantes. En este caso, el inglés de EEUU conserva una figura antigua llamada acento rótico. Un elemento que está enlazado con las formas originarias de la pronunciación, donde se vocaliza con más fuerza la “r”.
Mientras que en Reino Unido, las mutaciones características de todos los idiomas; han hecho que el inglés empleado, opte por suavizar o inhibir el acento rótico. En este sentido, convirtiéndola en una forma más neófita o arraigada, especialmente si lo comparamos con los hablantes del otro lado del mundo.
Un apego por lo heredado y un apego por la economía del lenguaje
Para nadie es un secreto que conforme avanzan los años y se interactúa entre culturas, se adoptan nuevas vivencias y elementos que acrecientan lo poseído. De igual forma ocurre con los idiomas. Básicamente, el inglés de Reino Unido, tiene gran influencia del francés, pese a todos los conflictos históricos que ocurrieron entre ambos. Pero al mismo tiempo, es innegable que tuvieron grandes conexiones e interacciones, siendo precisamente las que hacen que los idiomas crezcan.
El inglés ha sido muy influenciado por la lengua franca, y no solo por su antiguo nexo medieval entre Reino Unido y Francia, por Aquitania. De hecho, han sido siglos de interacción los que han dejado su huella; haciendo que el inglés de Reino Unido adopte formas francófonas en la morfología de sus palabras.
Este abolengo lingüístico es defendido por los británicos, quienes son grandes recelosos de su etiqueta; lo que propicia una continuación de la tradición e influencia la gala, en las tierras más allá del canal de La Mancha.
En los idiomas menos es más
Por su parte, el pensamiento sobre los idiomas, y en particular sobre el inglés; hacen que los angloparlantes del lado de EEUU tomen la economía del lenguaje como una misiva más positiva. En este aspecto, acortar palabras en el inglés de EEUU, es una costumbre ampliamente difundida y conocida. Hasta el punto que parece que la turbulencia de una vida convulsa; incita a acortar palabras, incluso suprimiendo sus verbos.
Una de las grandes diferencias que vemos entre el inglés de Reino Unido y el de EEUU, es la velocidad con que se articulan las palabras. No solo es por costumbre; es que el inglés de EEUU, emplea menos palabras en una misma oración –especialmente si lo comparamos con el inglés británico–.
Palabras distintas dentro de un mismo idioma
Sin olvidar que la ortografía tampoco es igual –por extraño que parezca esta afirmación–, puesto que en los idiomas; la ortografía es algo de vital importancia. No obstante la misma aún se mantiene, pese a que la escritura entre el inglés de EEUU y el de Reino Unido, es dispareja.
Es así como no solo varía su pronunciación, sino también sus hábitos en la ortografía. Y no solo en la supresión que se hace en el inglés de EEUU, de partes morfo lingüísticas heredadas de los francos. También se opta por una sustitución en algunos casos, de la “s” por la “z”.